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lunes, 13 de junio de 2011

capitulo 1: PERSECUCIÓN.


Mire el despertador al mismo tiempo que le fruncía el ceño, eran apenas las seis de la mañana cuando desperté aun me quedaba una hora más para dormir, me di la vuelta evitando el brillo de la lucecita del aparato en un intento por quedarme dormida nuevamente. Luego de minutos dando vueltas en la cama comprendí que no podría dormir, la prueba de hoy me tenía  ansiosa y hasta que no saliera del “problema” no me calmaría. Me levante.
Mientas me daba un baño sopese las posibilidades de poder zafarme de la prueba, pero no valdría la pena, sería algo así como una rebeldía sin sentido, de todas formas sabia que me iría bien en ingles. Tras cerciórame de que ya estaba lista luego de verme por lo menos tres veces baje  a la cocina para desayunar tomando del refrigerador la ensalada de frutas que  quedo de la cena de la noche anterior.
Tener que hacer hora era bastante difícil, mis hermanos aún seguían durmiendo, no deseaba llegar más temprano de lo habitual a casa de Adrián. Para matar el tiempo me tome la libertad de echar a andar el lavaplatos con la poca loza sucia que había dentro, pero ni así logre completar los quince minutos… en fin no tendría más opción esperaba que mi presencia unos minutos más temprano no les importunara en lo más mínimo a los padres de mi amigo; de paso a la salida aproveche de recoger el diario y el correo de hace unos días, no esperaba encontrar nada para mi entre las cartas mientras las revisaba una por una, pero hoy me esperaba algo diferente, no le preste mayor atención al sobre blanco en el que aparecía mi nombre.  Deje las cartas sobre la mesita del pasillo y salí rumbo a mi destino.
En casa de Adrián ya me esperaban. Los padres de mi amigo me tenían un gran cariño pues nos conocíamos desde muy niños. Tenía 3 años cuando conocí a Adrián en el jardín de niños, recuerdo aquel día, él pobre no  quería soltar la falda de su madre, le miraba con inocencia y como buena niña me acerque a él y le tome del brazo llevándolo conmigo como si lo conociese de antes, desde aquel día nuestras vidas cambiaron nos convertimos en amigos de inmediato por lo que para  la familia de Adrián yo era una hija más y ellos sustituían a los padres que nunca tuve.
El día se me hizo demasiado largo y aburrido en el colegio, pata mi suerte y como seria obvio la prueba de ingles fue pan comido tanto así que fui la primera en terminar .Los recreos y las clases continuaron de la misma manera a la que estaba acostumbrada, a la hora del almuerzo Jazmín, Adrián, Celeste, Víctor  y yo nos sentamos  juntos como de costumbre mientras los chicos nos hacían reír a carcajadas con sus locuras. La última hora de clases se nos venía pesada pues matemáticas no era la mejor materia para mí, pero tan solo una hora más y tendría la libertad.




-¡felicidades Crystal!- saludo Alan mientras me abrazaba cuando llegue a casa - estamos orgullosos de ti, no creí que fueses capaz de llegar tan lejos.
-Creo que a partir de ahora tendremos más consideración contigo –agrego Jack.
-Gracias, pero… ¿se puede saber a qué se debe tanta emoción?
-¿Cómo aun no lo sabes?- si yo estaba confundida Alan parecía estarlo aún más.
-¿Saber qué?
-Crys acabas de ganar un lugar en una de las carreras más importantes, para ser exactos en la del 7 de agosto.
-¿es una broma verdad?- me mostro el sobre blanco que por la mañana había dejado en al mesita de la entrada y negó con la cabeza, en un segundo yo ya estaba gritando y saltando de la felicidad como una loca – pero cómo es posible soy menor de edad y…
-te han dejado participar bajo mi responsabilidad así que pobre de ti que nos defraudes.
- Ok está bien lo que quieras me da lo mismo con tal de participar ese día - no daba más de la emoción por fin el sueño de tantos meses se convertía en realidad.
-¿Qué deseas cenar  para celebrar?- pregunto Rodrigo al mismo tiempo que se dirigía a la cocina.
-hmm… no lo sé ¡sorpréndeme!
No era menos de esperarse a que Rodrigo sorprendiese de aquella manera tan exuberante, sus aptitudes culinarias eran las mejores de la familia, a veces consideraba que en vez de dedicarse por completo a la mecánica automotriz debería entregarse  a ser chef.
Desde hace ya unos meses que el comedor no se había vuelto a ocupar, todo lo que había en la habitación recordaba a mi tía Camila. Son demasiadas las cosas que debía agradecerle, pero Claramente nunca podría compensárselas, se convirtió en mi madre a pesar de no serlo y cuido de mi a puño y fuego como si lo fuese. Por lo que ella me conto fue mi padre quien me trajo a su lado cuando yo apena era una bebe, en realidad tenía dos años cuando eso ocurrió, poco tiempo después de que él me entregara a mi tía mis padres murieron en un accidente, claramente no me afecto mucho pues no tenía recuerdos sólidos de ninguno de los dos.



Los recuerdos de mi tía inundaron mi mente provocando que una enorme sonrisa se dibujase en mi rostro; Rodrigo fue quien me saco de mis pensamientos.
-Un brindis por el mayor trofeo que podemos poseer, por ¡Crystal!
-Por ¡Crystal!- brindaron los demás.
Una vez acabados de cenar ayudamos a Rodrigo a llevar la loza sucia hasta la cocina, luego me dirigí a mi habitación.
Encendí el computador y mientras se cargaba ordene mi mochila para el colegio. tenía la esperanza de que al abrir el correo encontraría noticias de Cristian y Sebastián mis hermanos, bueno no hermanos en el sentido completo de la palabra en realidad el único pariente que vivía conmigo era Alan mi primo, los demás eran tan solo sus amigo que conocía desde mi infancia era por ello que los consideraba mis hermanos.
Seba y Cris habían viajado a una convención Audi en algún lugar de Europa que por el momento no lograba recordar, en cuanto al alocado de Alex tampoco sabía nada. Los tres hace ya dos meses que se habían ido de viaje y no sabía nada, absolutamente nada de ninguno. Alex también entraba en la categoría de hermano,  amigo de los chicos aunque para ser más claros su padre era amigo de mi tía; los extrañaba, pero por suerte tan solo quedaban unas semanas más para que volvieran de sus viajes.
La mañana estaba despejada y el sol brillaba en lo alto del cielo, tome unos jeans, una musculosa, un poleron y mis converse para vestir además del overol para el trabajo. Para hoy nos esperaba un largo día en el taller debíamos terminar siete autos para el miércoles y el trabajo en ellos era cero. No desayunamos limitándonos tan solo a salir temprano de casa.
El trabajo comenzó apenas entramos al taller. Alan y Jack comenzaron de inmediato con un Citroën C4 al que debían desabollar la puerta izquierda delantera izquierda, cambiar el parachoques delantero además de pintar el auto, por otra parte Rodrigo se las apaño con un Toyota Yaris al que debía reconstruir el motor fundido, mientras que yo me fui directo a la oficina encerrándome en ella para ordenar y reorganizar todo el papeleo y hacer unos pedidos de materiales como inyectores, neumáticos, bujías, tuercas, pintura y entre otras cosas que debían llegar la próxima semana.
A eso de las dos hice un pedido de pizzas para almorzar y me rapte a Rodrigo para que me acompañara al supermercado aunque fue una pésima idea, pues Dro lo único que hacía era criticar todas las cosas que iba echando al carrito, a fin de cuentas lo termine por dejar solo comprando.



-Crystal no te vayas –salió en mi búsqueda mientras continuaba hablando -¿no me digas que te has enojado? ¡Vamos! Sabes que yo no quería…
-¿tomarme el pelo?- hable molesta.
- no claro que no, es solo que no se qué me pasa, sentí la necesidad de fastidiar a alguien.
- y ese alguien fui yo ¿sabes? Mejor cállate y terminemos con esto ¿quieres? – volví a tener el control de las compras, pasamos por caja. Pagamos todo lo que llevábamos y nos fuimos de allí.
Al llegar a casa no encontrábamos un lugar donde dejar más bolsa. La cocina estaba atestada de ellas. Para hacer el trabajo más entretenido formamos dos equipos Jack y Dro eran uno y Alan y yo otro; el juego el juego consistía en que cada grupo se haría cargo de un lugar de la casa para guardar todo lo que se le asignase sin quejas y de manera rápida. Jack y Dro se encargaron de la lavandería y los baños mientras que con Alan nos hicimos cargo de la cocina y bodega, en menos de 20 minutos habíamos terminado de ordenar y guardar todo, habíamos ganado. Iba de camino a mi pieza cuando Alan me llamo.
-¡Crystal ven un momento por favor!... permíteme - dijo mientras llegaba a su lado y cubría mis ojos con un antifaz  y me llevaba hacia algún lugar de la casa. No sabía por dónde íbamos hasta que sentí el olor a aceite y pintura de autos, por lo que supe se trataba del garaje.
-Este es un regalo que va por parte de todos nosotros…
-¿Alan de que va todo esto?  
- esperamos  te guste pues es toda tuya – me quito al venda.
No podía creerlo, me restregó por lo menos unas veinte veces los ojos antes de darme cuenta de que lo que veía frente a mis ojos no era un sueño, se trataba nada más ni nada menos que de la Suzuki 1300 blanca que tanto quería, esta semana no podía ser mejor de lo que ya era, dos regalos en tan solo tres días era demasiado. No encontré palabras para agradecer el regalo, pero teníamos un pequeño problema, uno muy… pequeño.
-¡Es preciosa!, Pero… ¿Cómo podre manejarla si no tengo licencia? – sus caras de complicidad me dieron a entender de qué de algo me perdía de algo, algo que ellos ya tenían calculado por completo. Aun me quedaban dos años antes de sacar mi licencia legalmente y ese tiempo de espera sería un gran impedimento para probar tan majestuosa belleza.
-¿con quién crees que estás hablando? – No le comprendí – revisa el sobre que esta sobre el asiento – no podía ser posible ¿Cómo…? no fue necesario concluir aquella pregunta en mi



Mente, pues  Alan interpreto bien mi mirada – él como lo hicimos es un secreto, solo te advierto tengas cuidado los datos son falsos por lo que usa tu licencia con mucha sabiduría.
-¡Gracias! Sabían que son lo máximo – les sonreí ampliamente.
- Se lo que estás pensando, anda pero ten cuidado y recuerda con sabiduría…
- Si ya comprendí… ¡uy! Mil gracias chicos – les di un beso en la mejilla y un abrazo.
Eran cerca de las 22:30 pm cuando salí de casa, pero no importaba si llegaba tarde total sabía que mañana debía despertarme a las 7:00 am e ir a clases igual. Era más de media noche cuando decidí que ya era hora de regresar a casa, no había traído el celular y de seguro los chicos habían estado intentando comunicarse conmigo. Las calles estaban casi desiertas a pesar de que me provocaba escalofríos estar tan sola. Aunque me beneficiaba  podría darme el lujo de ir por sobre los 100km y nadie me diría nada. El viaje había sido tranquilo, bueno almenos hasta que llegue a escuela militar estaba parada esperando a que el semáforo diera verde para seguir mi camino cuando de la nada tres motos y una van aparecieron rodeándome.
Apenas el semáforo dio luz verde presione el acelerador y salí de allí, las motos negras eran más potentes que la mía y eso era un problema;  intente perderlas de vista, pero me era casi imposible. Di vueltas por curvas y calles a la espera de deshacerme de las motos, pareciese como si aquellos vehículos tuviesen un imán que los adhería a mi moto. Llevaba quince minutos en el juego ¿Por qué justamente hoy tenía que pasarme esto? ¿Porque a mí? ¿Por qué motivo el destino hoy quería que me pasase algo de adrenalina extrema?
Hubo una instancia en que una de las motos se colocó frente a mi mientras que las otras a mis costados , la van había desaparecido así que por lo que parecía un minuto tendría la oportunidad de escapar. Di marcha atrás sin medir consecuencias e ingrese de inmediato por una calle cualquiera para escapar, al fin me había librado de ellos claro que no por mucho tiempo. Las motos sin saber cómo me dieron alcance, mire de reojo a los sujetos de los vehículos y podía dar fe en que se veían más ansiosos que hace unos momentos. Las pistolas en sus manos me tenían nerviosa, el siguiente movimiento seria crucial, debía provocar un accidente entre ellos en la siguiente curva y debía ser rápido la bencina estaba por acabarse y eso me dejaba aun más restringida en este juego. Acelere a la espera de poder abrirme lo suficiente como para que ellos no tuviesen oportunidad de seguirme el paso.
Todo paso demasiado rápido en un segundo estaba por cantar victoria y al siguiente chocaba contra la vitrina de una peluquería haciendo trizas el vidrio, la van apareció primero que las motos. Tirada en el piso como estaba con la moto sobre mis piernas no sería fácil escapar. Durante unos segundo me las ingenie para salir de aquel enredo y como pude quite la moto de mis piernas y me levante preparándome para correr.



Llevaba casi una cuadra y media corrida cuando una de las motos se atravesó en mi camino provocando que chocara con ella al momento en que cubría el paso; él tipo me tomo del brazo arrastrándome con moto y todo hacia la pared, mientras que los otros dos motociclistas llegaban al lugar donde nos Encontrábamos. Por entre medio de los corpulentos cuerpos pude ver mi moto sobre la rejilla de la van. Toda esta situación se me hacía demasiado extraña como sacada de una película de acción e investigación algo poco común en la realidad, no tuve momento para reaccionar a mayor velocidad, en menos de un pestañeo ya me encontraba  dentro de la van arrinconada en una de las puertas y con la cabeza palpitándome producto del golpe. Uno de los hombres con ojos color chocolate se acercó a mí, rece por mi vida.
-No me hagas nada – suplique, el rio.
-Shhhh… no te haremos nada preciosa, no hay de que asustarse –  sus dedos acariciaron mi mejilla – es solo una prueba necesitamos cerciorarnos de algo y tu nos ayudaras en ello – me golpeo en el estómago, me faltaba el aire y mi visión se nublo obligándome a perderme en la oscuridad y con el miedo latiendo a mil por segundo.


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