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miércoles, 22 de junio de 2011

capitulo 2: SECUESTRO


Al despertar una sombra yacía frente a mí, el lugar era como una especie de bodega, oscura y fría. Me levante asustada intentando recordar lo que estaba sucediendo y recordando aquella extraña persecución, pero alguien me hablo y quedando con mis movimientos congelados.
- con cuidado no queremos que te lastimes - su voz me era familiar y demasiado dulce para mantenerme tranquila considerando la situación.
-¡¿despertó?! … al fin, será mejor que la llevemos de inmediato no tengo deseo alguno de enfrentarme a la rabia de esa morena- hablo una voz temblorosa  que apareció de la nada. Ambos me tomaron de los brazos levantándome al instante. El movimiento brusco al momento de ponerme en pie provoco que me diesen ganas de vomitar, pero el problema era que mi estómago estaba completamente vacío.
Caminamos por un largo pasillo mal iluminado hasta llegar a una pequeña terraza, esto era algo muy diferente a lo que estaba esperando, no me di cuenta de que me habían soltado hasta que me sentí inestable y la manera en que mi cuerpo se enfriaba producto del miedo. El lugar estaba lleno de personas vestidas de negro y de otros tantos cuerpos tirados por el suelo, los mire con atención por un momento hasta que comprendí que aquellos cuerpos tirados estaban sin vida. Uno de los sujetos  se acercó a mí tomando mi rostro entre sus manos que poco a poco fueron avanzando y acariciando mi cuello, sus labios rozaron mi piel y podía sentir su saliva correr , estaba en una especie de hipnosis , algo pincho mi cuello y me di cuenta de lo que estaba pasando aunque fuese demasiado irreal. ¿Qué clase de persona me sostenía?, a pesar de estar mareada eso no evito que me percatara de lo que estaba aconteciendo.
Una mujer se acercó por detrás y coloco la  mano en su hombro, se produjo un intercambio de personas, el chico me entrego a la mujer y está  sin perder tiempo paso su mano por mi nuca , y en solo un minuto  ya estaba revolcándome en el suelo a causa del dolor, toque mi cuello desesperada por sacar la jeringa,  como pude me puse en pie y salí corriendo sin una dirección, alguien me tomo por la espalda y me detuvo, caí en sus brazos convulsionando por culpa de aquel líquido que hacia arder mis venas y  hervir la sangre.

Llevaba un rato ya despierta, pero tenía miedo de abrir los ojos y enfrentarme a aquellas extrañas miradas, de vez en cuando podía oír un pequeño chasquido detrás de mí oreja como si un molesto insecto estuviese ahí parado. Alguien me tomo en brazos y me coloco en una superficie caliente, me mantuve sin abrir los ojos, pues debía averiguar quiénes eran.
-no hay duda alguna de que ya la hemos encontrado.
-esperemos el plan nos resulte y que no se de cuenta de nada por un buen tiempo hasta que logremos encontrar lo que buscamos, si ella no lo tiene eso quiere decir que estará en algún lugar de Asió.
-espero con esto podamos vengar la muerte de mi madre y conseguir el poder del universo entero –hablo una voz femenina.
-aun sigues con aquella idea, ya déjala ir usemos esto para algo mucho más grande.
-eso jamás lo olvidare, asegúrate que no despierte y menos aún que recuerde algo –algo frio se incrusto en mi brazo, sin más me dormí. Durante mi sueño intente relacionar mi apellido con lo que ellos habían dicho, pero no me sonó a nada más que un simple y raro apellido.

Un intenso frio recorrió mi cuerpo mientras que una cálida mano recorría mi brazo, se sentía bien de alguna manera.
-por dios Crys estas helada, vamos despierta -suplicaba la voz de Alan mientras me tomaba en brazos, el calor que emitía su cuerpo se sentía reconfortante.
-Alan –susurre mientras abrí mis ojos.
-tranquila ya estás en casa… ¿en que estabas pensando?- hablo de manera dulce, no comprendí el sentido de sus palabras, no conteste.
-¡Crystal!- grito Rodrigo con alivio cuando entramos en la casa, luego de unos segundos su voz se volvió severa-¿Dónde estabas? ¿Te haces la idea de cuan preocupados estábamos?, que te has creído para mandarte sola, eres tan solo una niña, hace 24 horas que no sabemos nada de ti, te llamamos varias veces y nunca contestaste el celular. Para que tienes celular si nunca lo contestas  Vamos responde, ¿que ahora nos dirás que era un pequeño acto de rebeldía y que el gato te comió la lengua…?
-bájame –le susurre a Alan en su oído, accediendo a mi petición.
-¿Cómo puedes estar tan calmada?, vamos defiéndete has uso de tus palabras, ¿acaso estas avergonzada de tus actos? -su tono de voz era cada vez más alto –vamos que esperas habla.
-te hablaría si dejaras de gritar- le respondí casi a gritos.
-no, no terminare de gritar hasta que no me digas lo que te paso.
-no sé nada, no tengo ni la más mínima idea de lo que me paso, si lo supiera ya te lo habría dicho.
-no me hables así - levanto su mano.
-¡ya es suficiente Rodrigo! - intervino Jack furioso. El teléfono sonó antes de que Rodrigo pudiera decir una palabra a Jack.
-¡Alo!–contesto Jack, mientras él hablaba yo me abrase a Alan escondiéndome entre medio de su poleron  para sacudirme un poco el frio– si, no aún no sabemos que paso, pero lo mantendremos al tanto…no por favor no es necesario de verdad confié en nosotros…si lo sé, pero…está bien adiós.- colgó.
-¿Quién era? - pregunto Alan.
-es necesario que te diga - lanzo una mirada en mi dirección.
El tono de Alan cambio volviéndose serio.
-¿Qué es lo que quería?
-solo saber si habíamos encontrado a Crystal, creo que fue una mala idea decirle lo que paso, está considerando venir hasta acá.
- ¡no! Él no puede venir, debemos evitarlo…- dijo Rodrigo.
-tranquilo, será mejor dejar esta conversación para otro momento - todas las miradas se enfocaron en mí, me sentí fuera de lugar, excluida.
-¿Qué pasa? -pregunte, ninguno contesto.
-respecto  a la conversación anterior aún no hemos terminado –dijo Rodrigo dirigiéndose a mí con tono amenazador –a mi oficina ¡ahora!...mientras tanto vean alguna manera de evitar que el venga.- hablo para los demás.
¿Me había perdido de algo?, eso era evidente, no sabía  que esperar de la seria conversación que me esperaba con Rodrigo, estaba nerviosa, su mirada era severa y acusadora. Alan me entrego su poleron y seguí a Rodrigo en silencio. Mi mente aun trabaja en un intento por  encajar lo que había ocurrido la noche anterior y ver el significado de todo eso con lo que acababa de oír hace tan solo unos minutos; era un gran esfuerzo el que estaba haciendo, mientras Rodrigo hablaba mi mente no lo escuchaba, solo tenía alcance para una  cosa a la vez; por más que buscaba no encontraba nada, era más, cada vez los recuerdos se hacían más y más lejanos y espesos como si nunca hubiesen existido y aquella misma pregunta no alcanzaba a convencerme ¿Qué diablos había sido todo eso, de que trataba en verdad?
-¡Crystal! -salte, el grito de Rodrigo me saco de mis pensamientos.
-lo siento ¿qué me decías?- comenzó a hablar nuevamente pero tampoco le escuche, estaba demasiado ida en mis pensamientos como para hacerlo, y también muy cansada intentando recordar todo. De pronto sus manos estaban sosteniendo las mías.
-¿Qué sucede? ¿Qué es lo que te perturba Crys? - no conteste, estaba intentado comprender sus preguntas, ¿acaso tan mal se veía la expresión en mi rostro? Sin darle una respuesta me abrazo como si intentara reconfortarme pero algo cambio en mí ante aquel gesto de su parte. No quería cariños ni mimos, reaccione de mala manera e hice que me soltara.- ¿Qué, que te sucede? –Su ceño estaba fruncido - ¡Crystal habla, di algo! -comenzó a decir mientras sacudía mis hombros, volví  y me  abrace a él como un mono se aferraría a su madre.
 –Tranquila, todo está bien, siento mucho si fui muy duro, esa no era mi intención – ¿el creía que estaba llorando por las palabras que ni siquiera había escuchado?, no perdí ningún segundo y me acerque a su oído.
-solo quiero estar sola por un momento, ordenar mis pensamientos y lo que ha pasado - me levante de la silla y Salí de la habitación dejándolo solo y confundido.
Me sentía mareada y demasiado confundida  debía darme un baño estaba hecha un asco. Intente recordar  lo que había pasado, tome los recuerdos vagos para comprender, y me tomo tan solo un segundo saber que todo eso no era lo que yo había insinuado, realmente no tenía la menor idea de nada quizás no era un secuestro sino más bien una especie de reencuentro, como si aquel hombre frente a mi cuando desperté fuera parte de algo en el pasado o algo por el estilo, pues me era muy  familiar. Un golpe de corriente me sobresalto, recorriendo mi espalda.
 -veo que eres bastante rápida en todo esto, no creí que demoraras tan poco en darme el pase para entrar en tu mente – escuche una voz en mi cabeza y no era la de mi conciencia. El frio debía de haber congelado mis neuronas y ahora alucinaba voces –lamento decepcionarte pero no estás alucinando.  Bienvenida a mi mundo Crystal, muy pronto nos veremos las caras y cuando eso pase tu vida acabara.- la voz callo.
Eso había sido escalofriante, pero… ¿Qué estaba sucediendo, que demonios era todo esto?, comenzaba  a asustarme no era común que cosas como estas ocurriesen en un mundo como este, quizás en la ficción si pero no en la realidad, no a mí. Definitivamente necesitaba descansar y dormir un poco.
Más tarde a Rodrigo se le ocurrió retomar la conversación que había quedado pendiente. La conversación fue larga y sin sentido  la tención de los chicos por mi falta de habla los estaba desesperando o almenas esa era mi impresión, pero no encontraba la forma de contar los hechos ¿Cuál era mi problema? ¿Porque no lograba mantener la concentración en las palabras? cada vez que intentaba concentrarme me iba más a fondo en mis pensamientos en negro y mi razonamiento se volvía agresivo al igual que mi temperamento.
-¿Crystal que paso exactamente? – Su paciencia cada vez se veía más desbordada y la mía sobre alterada –cariño no pasara nada malo si nos cuentas, es más puede que te ayudemos.
- ¡Cuánto más vas a insistir, ya te dije que no quiero hablar con nadie sobre eso! – Grite - No voy a cambiar de opinión- me enfurruñe y cruce de brazos.
- ¿Cuál es tu problema? ¿Es que no quieres o tienes miedo? -pregunto enfatizando cada palabra mientras él se dirigía a la puerta de la habitación.
 -¡ya te dije!- volví a gritar – no puedo soportar tu insistencia cuando ni siquiera yo misma se lo que sucedió.
No lo oí salir de la habitación, ¿qué estaba pasando conmigo, cuál era el maldito motivo que me llevaba a no contar nada? Podía escuchar como los demás hablaban con Rodrigo, mientras yo aún intentaba ordenar mis pensamientos.
-¿Cómo te fue? - pregunto Alan.
-mal - respondió sin ánimo,
 -¿Qué paso? – se sumó Jack a la conversación.
-no sé qué le pasa de repente esta como ida y al segundo después es como si quisiera golpearte en la cara, esta situación me está preocupando.
 -¿Qué piensas hacer? - pregunto Jack.
 -la dejaremos sola hasta que ella decida que es momento para contarnos, por mientras solo estaremos pendiente de que no esté ni un minuto a solas, no podemos permitir que algo como lo de anche vuelva a ocurrir menos aun sin saber quién está detrás de todo esto -contesto Alan.
Me sentía mal por no poder decirles nada, ¿pero cómo lo haría si ni siquiera yo comprendía aun lo que había sucedido?, solo sabía que esto me estaba poniendo los pelos de punta, intentaría una vez más para ordenar mis pensamientos, si no lo lograba  contaría lo que recordaba. Me retire enfadada de la oficina lanzando una mirada de disculpa cuando pasaba por fuera del living.
-¡Crystal!- me llamo  Rodrigo pero no le tome en cuenta mientras subía las escaleras.
- la vas a salir perdiendo si sigues comportándote de esa manera tan sobre protectora e irritante, dale su espacio ella es una adolecente y necesita respirar al igual que probar cosas nuevas… pronto tomara la decisión correcta y nos dirá todo…por el momento solo aléjate de ella – sabio consejo por parte de Jack.
Una vez en mi habitación me senté  a los pies de la cama, la cabeza comenzó a darme vueltas, el dolor era insoportable intente gritar pero antes de que hubiese terminado de pensar en eso todo se volvió negro. En el sueño me veía en una especie de galpón solo dos tipos a mi alrededor uno sosteniendo un arma y el otro sosteniéndome a mi con su mano puesta en mi nuca. Hablaban sobre un dispositivo esperando que les diera resultado en su plan. Estaba  soñando eso cuando la voz volvió.
-teme, ten miedo hasta ya mas no poder, vive por mí ,sueña conmigo ,desarma tu vida por proteger la mía, sin mí no eres nada y conmigo la vida no te basta, eres mi herramienta infinita, ten miedo ,sufre por que tu vida corre en la sangre de mis manos - abrí los ojos sobre saltada.
Un leve escalofrió recorrió mi cuerpo haciéndome reaccionar e invitándome a levantar del piso, la cabeza seguía doliéndome,  pero una vez que vi la hora el dolor se me quito como por arte de magia, eran las ocho de la mañana me había quedado dormida y tenía solo treinta minutos para arreglarme y llegar al colegio. Me duche en menos de quince minutos, tome el uniforme y me lo coloque mientras daba vueltas en la habitación para ordenar mi bolso y maquillarme, luego corrí a las escaleras deslizándome por el barandal, llegue a la cocina y los chicos ya estaban terminando de desayunar, abrí la puerta del refrigerador cuando recordé que mi bolso había quedado sobre mi escritorio.
-¡Jack! Prepárame algo para llevar, por favor –le grite mientras salía en busca del bolso, cuando volví a la cocina tome lo que Jack había preparado.
-Rodrigo me llevare tu Cabriolet si no te molesta –le dije sin esperar su respuesta,- total tenía el perfecto resguardo ante la policía - tome las llaves y les lance un beso a los tres de muy bueno un humor por lo demás. En el trayecto al colegio hubo veces en que se me nublo la vista, aunque fuese por unos segundos eso sugería que algo extraño estaba pasando conmigo y estaba relacionado con lo que había ocurrido la noche anterior. Al parecer para el día de hoy estaba más calmada y podría contarles lo que había ocurrido, pero aun así temía en que algo en mi cambiase de aquí a la salida del colegio.

-¿Qué fue lo que te paso? -pregunto Adrián, cuando entre a la sala precipitadamente unos segundos antes que el profesor -él era mi mejor amigo nos conocíamos  desde que éramos pequeños, nos llevábamos por un año, su alta estatura lo hacía ver más viejo al igual que su cabello castaño y sus ojos verdes pardo me volvían loca, jamás nos habíamos separado, desde que nos conocíamos pasábamos veranos y fines de semanas juntos como si fuésemos hermanos- le conteste solo porque su mirada me incómodo.
 - ¿a qué te refieres? –respondí con otra pregunta.
-Me refiero a que se suponía que ayer nos juntaríamos para ir a fantasilandia  junto con los chicos.
-¡gua!, me olvide, pero si te contara lo que me paso no me creerías- intente de darle humos a lo que me había ocurrido.
-Tengo todo el tiempo, además no creo que sea algo tan poco creíble –sonrió. Eso era lo que más me gustaba de él, que siempre por más malo que fuera la situación sonreía para infundir ánimo a la conversación.
-más tarde lo hare el profe acaba de llegar.
Le sonreí de vuelta, no deseaba contarle la verdad, lo menos que quería era preocuparlo, además de seguro que los chicos algo le habían inventado y no quería arruinar su plan. Con el transcurrir del día comencé a sentirme mal, la cabeza me daba vuelta sin que siquiera me moviera, era una sensación extraña. Durante la clase de matemática la voz en mi cabeza volvió a hablar, esta vez de manera diferente algo más violenta.
-aun no te han dicho nada, es una lástima que no sepas grandes detalles de tu vida, querida, así no me sirven las cosas, tus pensamientos vacios no me sirven para lo que necesito. Hay algo que me mantiene al tanto de tu vida y por lo cual no me separare de ti en un largo tiempo. Te esconden un secreto, un secreto del cual no creerás una palabra, pero descuida yo te ayudare con todo lo que necesites saber, será mejor que te deje, tu profesor se está poniendo histérico, la respuesta es 3,14x6.- el profesor golpeo en la mesa. Le conteste 3,14x6, estaba correcto, pero eso no ayudo a que Jaz quitara su mirada de mí en el resto de la clase. Para mi suerte no tuve que dar explicaciones, claro que eso no era lo más grande que me esperaba para ese día.
Cuando volví a casa estaba preparada para contarles todo a mis hermanos, bueno en realidad no todo, pero al menos si las cosas que tenía claras o que creía tener claras y aunque no fuese así necesitaba ayuda urgente. Los había reunido en el living, comencé de manera lenta y luego me lance de lleno con lo más “peligroso”. Cuando termine parecían asustados como si algo que no deseaban estuviera pasando, como si la esperanza se les hubiese agotado.
-¿qué pasa? - inquirí
-¿estas segura de que no hay nada más, algo que te llamara la atención? -busque en mis recuerdos y si había algo, algo que no podía encontrarle forma ni fe.
-la verdad si, cuando me traían de vuelta a casa dijeron algo sobre Asió, como si se tratara de un lugar físico, he intentado relacionarlo con todo, pero no se me ocurre otra cosa más que nuestro apellido…
-no puede ser…-dijo Alan
-no es momento para…-le hablo Jack colocando su mano en el hombro–no con ella aquí.
-ok de acuerdo hay algo de lo que me estoy perdiendo y realmente me incomoda todo esto -se quedaron callados -ok, no sé lo que traman pero me doy  cuenta que yo no estoy incluida, ahora si no les molesta, me voy no tengo tiempo para estas extrañas cosas.- me fui al patio, por lo menos allí estaría tranquila, lo que hice no sé si realmente fue o no lo correcto, pero por lo menos dejaba más tranquila mi conciencia y eso era impagable.

lunes, 13 de junio de 2011

capitulo 1: PERSECUCIÓN.


Mire el despertador al mismo tiempo que le fruncía el ceño, eran apenas las seis de la mañana cuando desperté aun me quedaba una hora más para dormir, me di la vuelta evitando el brillo de la lucecita del aparato en un intento por quedarme dormida nuevamente. Luego de minutos dando vueltas en la cama comprendí que no podría dormir, la prueba de hoy me tenía  ansiosa y hasta que no saliera del “problema” no me calmaría. Me levante.
Mientas me daba un baño sopese las posibilidades de poder zafarme de la prueba, pero no valdría la pena, sería algo así como una rebeldía sin sentido, de todas formas sabia que me iría bien en ingles. Tras cerciórame de que ya estaba lista luego de verme por lo menos tres veces baje  a la cocina para desayunar tomando del refrigerador la ensalada de frutas que  quedo de la cena de la noche anterior.
Tener que hacer hora era bastante difícil, mis hermanos aún seguían durmiendo, no deseaba llegar más temprano de lo habitual a casa de Adrián. Para matar el tiempo me tome la libertad de echar a andar el lavaplatos con la poca loza sucia que había dentro, pero ni así logre completar los quince minutos… en fin no tendría más opción esperaba que mi presencia unos minutos más temprano no les importunara en lo más mínimo a los padres de mi amigo; de paso a la salida aproveche de recoger el diario y el correo de hace unos días, no esperaba encontrar nada para mi entre las cartas mientras las revisaba una por una, pero hoy me esperaba algo diferente, no le preste mayor atención al sobre blanco en el que aparecía mi nombre.  Deje las cartas sobre la mesita del pasillo y salí rumbo a mi destino.
En casa de Adrián ya me esperaban. Los padres de mi amigo me tenían un gran cariño pues nos conocíamos desde muy niños. Tenía 3 años cuando conocí a Adrián en el jardín de niños, recuerdo aquel día, él pobre no  quería soltar la falda de su madre, le miraba con inocencia y como buena niña me acerque a él y le tome del brazo llevándolo conmigo como si lo conociese de antes, desde aquel día nuestras vidas cambiaron nos convertimos en amigos de inmediato por lo que para  la familia de Adrián yo era una hija más y ellos sustituían a los padres que nunca tuve.
El día se me hizo demasiado largo y aburrido en el colegio, pata mi suerte y como seria obvio la prueba de ingles fue pan comido tanto así que fui la primera en terminar .Los recreos y las clases continuaron de la misma manera a la que estaba acostumbrada, a la hora del almuerzo Jazmín, Adrián, Celeste, Víctor  y yo nos sentamos  juntos como de costumbre mientras los chicos nos hacían reír a carcajadas con sus locuras. La última hora de clases se nos venía pesada pues matemáticas no era la mejor materia para mí, pero tan solo una hora más y tendría la libertad.




-¡felicidades Crystal!- saludo Alan mientras me abrazaba cuando llegue a casa - estamos orgullosos de ti, no creí que fueses capaz de llegar tan lejos.
-Creo que a partir de ahora tendremos más consideración contigo –agrego Jack.
-Gracias, pero… ¿se puede saber a qué se debe tanta emoción?
-¿Cómo aun no lo sabes?- si yo estaba confundida Alan parecía estarlo aún más.
-¿Saber qué?
-Crys acabas de ganar un lugar en una de las carreras más importantes, para ser exactos en la del 7 de agosto.
-¿es una broma verdad?- me mostro el sobre blanco que por la mañana había dejado en al mesita de la entrada y negó con la cabeza, en un segundo yo ya estaba gritando y saltando de la felicidad como una loca – pero cómo es posible soy menor de edad y…
-te han dejado participar bajo mi responsabilidad así que pobre de ti que nos defraudes.
- Ok está bien lo que quieras me da lo mismo con tal de participar ese día - no daba más de la emoción por fin el sueño de tantos meses se convertía en realidad.
-¿Qué deseas cenar  para celebrar?- pregunto Rodrigo al mismo tiempo que se dirigía a la cocina.
-hmm… no lo sé ¡sorpréndeme!
No era menos de esperarse a que Rodrigo sorprendiese de aquella manera tan exuberante, sus aptitudes culinarias eran las mejores de la familia, a veces consideraba que en vez de dedicarse por completo a la mecánica automotriz debería entregarse  a ser chef.
Desde hace ya unos meses que el comedor no se había vuelto a ocupar, todo lo que había en la habitación recordaba a mi tía Camila. Son demasiadas las cosas que debía agradecerle, pero Claramente nunca podría compensárselas, se convirtió en mi madre a pesar de no serlo y cuido de mi a puño y fuego como si lo fuese. Por lo que ella me conto fue mi padre quien me trajo a su lado cuando yo apena era una bebe, en realidad tenía dos años cuando eso ocurrió, poco tiempo después de que él me entregara a mi tía mis padres murieron en un accidente, claramente no me afecto mucho pues no tenía recuerdos sólidos de ninguno de los dos.



Los recuerdos de mi tía inundaron mi mente provocando que una enorme sonrisa se dibujase en mi rostro; Rodrigo fue quien me saco de mis pensamientos.
-Un brindis por el mayor trofeo que podemos poseer, por ¡Crystal!
-Por ¡Crystal!- brindaron los demás.
Una vez acabados de cenar ayudamos a Rodrigo a llevar la loza sucia hasta la cocina, luego me dirigí a mi habitación.
Encendí el computador y mientras se cargaba ordene mi mochila para el colegio. tenía la esperanza de que al abrir el correo encontraría noticias de Cristian y Sebastián mis hermanos, bueno no hermanos en el sentido completo de la palabra en realidad el único pariente que vivía conmigo era Alan mi primo, los demás eran tan solo sus amigo que conocía desde mi infancia era por ello que los consideraba mis hermanos.
Seba y Cris habían viajado a una convención Audi en algún lugar de Europa que por el momento no lograba recordar, en cuanto al alocado de Alex tampoco sabía nada. Los tres hace ya dos meses que se habían ido de viaje y no sabía nada, absolutamente nada de ninguno. Alex también entraba en la categoría de hermano,  amigo de los chicos aunque para ser más claros su padre era amigo de mi tía; los extrañaba, pero por suerte tan solo quedaban unas semanas más para que volvieran de sus viajes.
La mañana estaba despejada y el sol brillaba en lo alto del cielo, tome unos jeans, una musculosa, un poleron y mis converse para vestir además del overol para el trabajo. Para hoy nos esperaba un largo día en el taller debíamos terminar siete autos para el miércoles y el trabajo en ellos era cero. No desayunamos limitándonos tan solo a salir temprano de casa.
El trabajo comenzó apenas entramos al taller. Alan y Jack comenzaron de inmediato con un Citroën C4 al que debían desabollar la puerta izquierda delantera izquierda, cambiar el parachoques delantero además de pintar el auto, por otra parte Rodrigo se las apaño con un Toyota Yaris al que debía reconstruir el motor fundido, mientras que yo me fui directo a la oficina encerrándome en ella para ordenar y reorganizar todo el papeleo y hacer unos pedidos de materiales como inyectores, neumáticos, bujías, tuercas, pintura y entre otras cosas que debían llegar la próxima semana.
A eso de las dos hice un pedido de pizzas para almorzar y me rapte a Rodrigo para que me acompañara al supermercado aunque fue una pésima idea, pues Dro lo único que hacía era criticar todas las cosas que iba echando al carrito, a fin de cuentas lo termine por dejar solo comprando.



-Crystal no te vayas –salió en mi búsqueda mientras continuaba hablando -¿no me digas que te has enojado? ¡Vamos! Sabes que yo no quería…
-¿tomarme el pelo?- hable molesta.
- no claro que no, es solo que no se qué me pasa, sentí la necesidad de fastidiar a alguien.
- y ese alguien fui yo ¿sabes? Mejor cállate y terminemos con esto ¿quieres? – volví a tener el control de las compras, pasamos por caja. Pagamos todo lo que llevábamos y nos fuimos de allí.
Al llegar a casa no encontrábamos un lugar donde dejar más bolsa. La cocina estaba atestada de ellas. Para hacer el trabajo más entretenido formamos dos equipos Jack y Dro eran uno y Alan y yo otro; el juego el juego consistía en que cada grupo se haría cargo de un lugar de la casa para guardar todo lo que se le asignase sin quejas y de manera rápida. Jack y Dro se encargaron de la lavandería y los baños mientras que con Alan nos hicimos cargo de la cocina y bodega, en menos de 20 minutos habíamos terminado de ordenar y guardar todo, habíamos ganado. Iba de camino a mi pieza cuando Alan me llamo.
-¡Crystal ven un momento por favor!... permíteme - dijo mientras llegaba a su lado y cubría mis ojos con un antifaz  y me llevaba hacia algún lugar de la casa. No sabía por dónde íbamos hasta que sentí el olor a aceite y pintura de autos, por lo que supe se trataba del garaje.
-Este es un regalo que va por parte de todos nosotros…
-¿Alan de que va todo esto?  
- esperamos  te guste pues es toda tuya – me quito al venda.
No podía creerlo, me restregó por lo menos unas veinte veces los ojos antes de darme cuenta de que lo que veía frente a mis ojos no era un sueño, se trataba nada más ni nada menos que de la Suzuki 1300 blanca que tanto quería, esta semana no podía ser mejor de lo que ya era, dos regalos en tan solo tres días era demasiado. No encontré palabras para agradecer el regalo, pero teníamos un pequeño problema, uno muy… pequeño.
-¡Es preciosa!, Pero… ¿Cómo podre manejarla si no tengo licencia? – sus caras de complicidad me dieron a entender de qué de algo me perdía de algo, algo que ellos ya tenían calculado por completo. Aun me quedaban dos años antes de sacar mi licencia legalmente y ese tiempo de espera sería un gran impedimento para probar tan majestuosa belleza.
-¿con quién crees que estás hablando? – No le comprendí – revisa el sobre que esta sobre el asiento – no podía ser posible ¿Cómo…? no fue necesario concluir aquella pregunta en mi



Mente, pues  Alan interpreto bien mi mirada – él como lo hicimos es un secreto, solo te advierto tengas cuidado los datos son falsos por lo que usa tu licencia con mucha sabiduría.
-¡Gracias! Sabían que son lo máximo – les sonreí ampliamente.
- Se lo que estás pensando, anda pero ten cuidado y recuerda con sabiduría…
- Si ya comprendí… ¡uy! Mil gracias chicos – les di un beso en la mejilla y un abrazo.
Eran cerca de las 22:30 pm cuando salí de casa, pero no importaba si llegaba tarde total sabía que mañana debía despertarme a las 7:00 am e ir a clases igual. Era más de media noche cuando decidí que ya era hora de regresar a casa, no había traído el celular y de seguro los chicos habían estado intentando comunicarse conmigo. Las calles estaban casi desiertas a pesar de que me provocaba escalofríos estar tan sola. Aunque me beneficiaba  podría darme el lujo de ir por sobre los 100km y nadie me diría nada. El viaje había sido tranquilo, bueno almenos hasta que llegue a escuela militar estaba parada esperando a que el semáforo diera verde para seguir mi camino cuando de la nada tres motos y una van aparecieron rodeándome.
Apenas el semáforo dio luz verde presione el acelerador y salí de allí, las motos negras eran más potentes que la mía y eso era un problema;  intente perderlas de vista, pero me era casi imposible. Di vueltas por curvas y calles a la espera de deshacerme de las motos, pareciese como si aquellos vehículos tuviesen un imán que los adhería a mi moto. Llevaba quince minutos en el juego ¿Por qué justamente hoy tenía que pasarme esto? ¿Porque a mí? ¿Por qué motivo el destino hoy quería que me pasase algo de adrenalina extrema?
Hubo una instancia en que una de las motos se colocó frente a mi mientras que las otras a mis costados , la van había desaparecido así que por lo que parecía un minuto tendría la oportunidad de escapar. Di marcha atrás sin medir consecuencias e ingrese de inmediato por una calle cualquiera para escapar, al fin me había librado de ellos claro que no por mucho tiempo. Las motos sin saber cómo me dieron alcance, mire de reojo a los sujetos de los vehículos y podía dar fe en que se veían más ansiosos que hace unos momentos. Las pistolas en sus manos me tenían nerviosa, el siguiente movimiento seria crucial, debía provocar un accidente entre ellos en la siguiente curva y debía ser rápido la bencina estaba por acabarse y eso me dejaba aun más restringida en este juego. Acelere a la espera de poder abrirme lo suficiente como para que ellos no tuviesen oportunidad de seguirme el paso.
Todo paso demasiado rápido en un segundo estaba por cantar victoria y al siguiente chocaba contra la vitrina de una peluquería haciendo trizas el vidrio, la van apareció primero que las motos. Tirada en el piso como estaba con la moto sobre mis piernas no sería fácil escapar. Durante unos segundo me las ingenie para salir de aquel enredo y como pude quite la moto de mis piernas y me levante preparándome para correr.



Llevaba casi una cuadra y media corrida cuando una de las motos se atravesó en mi camino provocando que chocara con ella al momento en que cubría el paso; él tipo me tomo del brazo arrastrándome con moto y todo hacia la pared, mientras que los otros dos motociclistas llegaban al lugar donde nos Encontrábamos. Por entre medio de los corpulentos cuerpos pude ver mi moto sobre la rejilla de la van. Toda esta situación se me hacía demasiado extraña como sacada de una película de acción e investigación algo poco común en la realidad, no tuve momento para reaccionar a mayor velocidad, en menos de un pestañeo ya me encontraba  dentro de la van arrinconada en una de las puertas y con la cabeza palpitándome producto del golpe. Uno de los hombres con ojos color chocolate se acercó a mí, rece por mi vida.
-No me hagas nada – suplique, el rio.
-Shhhh… no te haremos nada preciosa, no hay de que asustarse –  sus dedos acariciaron mi mejilla – es solo una prueba necesitamos cerciorarnos de algo y tu nos ayudaras en ello – me golpeo en el estómago, me faltaba el aire y mi visión se nublo obligándome a perderme en la oscuridad y con el miedo latiendo a mil por segundo.